El manejo de los vegetales de manera adecuada, desde la tienda hasta la mesa, asegura ensaladas frescas y sabrosas.
Actualizado: 17 de febrero de 2017 Guardar Pin FB Antes de lanzar romana, retire la costilla fibrosa.
Antes de lavar y almacenar verduras., eliminar y desechar las hojas verdes descoloridas o marchitas. Quita cualquier banda de goma o metal que mantenga los verdes juntos.
Cualquier agua que se adhiere a los greens. Diluirá el sabor y la consistencia del aderezo y hará que la ensalada esté empapada. Después de drenar las verduras en un colador, colóquelas sobre una toalla de cocina limpia o varias capas de toallas de papel. Seque suavemente con toallas de papel. Alternativamente, las verduras se pueden secar en una máquina de hilar ensalada. Llene la ruedecilla de la mitad a dos tercios para evitar la formación de hematomas.
Envolver las verduras lavadas en un limpio, toalla de cocina seca o toallas de papel, y refrigérelas en una bolsa de plástico con cierre o en un recipiente hermético durante 30 minutos o hasta varias horas hasta que estén crujientes. Si no está utilizando las verduras de inmediato, coloque las verduras lavadas y secas en los contenedores de almacenamiento de verduras de su refrigerador.
Para evitar hematomas en las hojas. o haciendo que se doren, se rasguen, en lugar de cortar, las ensaladas en trozos pequeños. Las lágrimas verdes también exponen más el interior de las hojas para que absorban más aderezo.
Antes de desgarrar romana, corte la costilla fibrosa de las hojas más grandes colocando cada hoja en una tabla de cortar y cortando ambos lados de la costilla con un cuchillo pequeño y afilado.
Viste la ensalada justo antes de servir. para evitar los verdes empapados, empapados. Agregue suficiente aderezo para cubrir ligeramente las verduras, luego mezcle con los servidores de ensaladas o dos cucharas. Empuje suavemente hacia abajo hasta el fondo de un recipiente hondo con los servidores y levante hacia arriba para que los greens de la parte superior caigan al fondo. Para ensaladas arregladas, rociar o pasar el aderezo; no tirar.